domingo, 27 de junio de 2010

Cap. 46: ‘Said you knew that this would happen’

Había despertado hace poco, lo primero que hice fue revisar la bandeja de entrada de mi correo electrónico. No recordaba la dirección del lugar y quería confirmar la hora. Sabía que era a eso de las dos de la tarde, pero quería estar segura. Me encontré con un mail de Claudia que decía ‘urgente’. Lo abrí para ver el contenido y decía:

‘Eve:

No te asustes cuando veas este correo, pero es lo que está circulando por esta oficina. Pues, resulta que los ociosos fotógrafos de NME acaban de dar con una fotos tuyas. No son de ninguna época antigua, si no todo lo contrario. Creo que no deben tener más de dos meses. La nota dice que tú y Ricky está saliendo a escondidas, y que si es verdad eso de que están juntos seria una especie de ‘noviazgo real de la música independiente británica’. Me preocupa que ahora comiencen a molestarlos, las preguntas de los periodistas en las entrevistas, que sigan fotografiándolos. Intentaré hacer lo que más pueda para evitar que esto salga a la luz.

PD. También me preocupa que ahora descubran a Caro y a Nick.’
Mi cara de espanto era simplemente indescriptible. Nos habían descubierto. De eso se dio cuenta Ricky cuando se levantó y me vio con la cara de preocupada apoyada en mis manos.
-Sucede algo?.- Preguntó
-Sí, mira.- Le dije. Leyó el correo. No me dijo nada.-Nos descubrieron.-
-Bueno, en nosotros eso se veía venir. Era cosa de tiempo de que alguien se diera cuenta de que nosotros estamos saliendo. Pero qué pasará con tus amigas?.-
-No sé, me preocupan. No quiero que la prensa las acose después.-
-Y que va a pasar contigo? Vas a dejar que acosen?.-
-Qué remedio queda si ya soy conocida por casi todo el mundo. Quizás pueda soportar un par de preguntas sobre el tema, pero no se.-
Nos quedamos conversando un rato sobre el tema. Teníamos planeado, sin conversarlo, que lo mantendríamos lo más bajo perfil que se pudiera, pero viendo todo lo que estaba pasando, lo veíamos muy lejano. Clau corrió a la oficina del editor en jefe. Le expuso el caso, comentándole que ella y Cata no estaban de a cuerdo con que esas imágenes se publicaran.
-Lo siento, pero es lo que la gente quiere saber. Sabes en los riesgos financieros en los que estamos.-
-Sí, pero no puede publicar eso. Iría en desmedro de mi carrera!.- Seguía reclamando.
-Qué prefieres, que salga en The Sun? Al menos aquí no especulamos. Según tu reacción eso nos aclara que es real todo. Pero bueno, si no te quieres ver perjudicada con este asunto, puedes tomar tus cosas y marcharte.-
Se quedó perpleja frente a su jefe. No sabía si era una broma o era real. Se quedó así un par de minutos frente al escritorio.
-Bueno, que espera! Tome sus cosas y vaya. Vaya a fotografiar a gente en las calles, a tomar fotos de escaleras, que se yo?.- Así de la nada Clau ya no tenía trabajo. Quizás por una tontera, pero era para defendernos de algo que bien podría perjudicarnos. Aunque más a ellas que a mí. Volvió a su casa con todas sus cosas en una caja. Se tendió en su cama y lloró un momento. No entendía como esa gente podía pensar solo en el dinero. No quería hablar con nadie.
Yo estaba preocupada, aun no sabía nada sobre lo que ocurría con Clau. Dentro de la reunión me sentía nerviosa. Los entendidos de ese lugar escuchaban cada acorde de nuestro disco y de las maquetas que habíamos armado durante nuestro corto tiempo de descanso.
-Son buenos. Es lo que estábamos buscando. Si desean pueden firmar ahora.- Nos pasaron unos papeles, los leímos y firmamos. Teníamos para lanzar con ellos tres discos. Definimos en ese mismo momento que terminando la gira por Europa y Japón nos meteríamos de lleno al estudio, lo cual ocurriría dentro de tres meses.
Me devolví a casa, llamé a las chicas y nadie me contestó. Mi felicidad por nuestro nuevo contrato casi no se notaba por la preocupación por lo que estaba pasando. Quería verlas y hablar sobre lo ocurrido, pero creo que debería esperar. Cuando entré en mi departamento noté que había más cosas. O sea, se notaba que todo lo de las cajas que aun tenía apiladas en un rincón estaba ordenado en algún lugar. Pegada al refrigerador había una nota. ‘Ordené tus cosas porque sé que no tienes tiempo. Si no me vez no te preocupes, solo fui por algunas cosas a mi casa y vuelvo (si, no te voy a dejar sola por un largo tiempo). R.’ Eso ha sido lo más lindo que ha hecho por mi desde que estamos juntos. Algo así como 48 horas. Mientras esperaba a que llegaran seguía llamando a las chicas, pero nada pasaba.
Cata había llamado a Björn, le pidió que fuera rápidamente a casa, necesitaban hablar urgentemente. Rápidamente estaban ambos sentados en la sala listos para hablar.
-Pasó algo?.-
-Pasó Björn, nos descubrieron.-
-Quien nos descubrió?.- Preguntó sin entender.
-La prensa. Claudia me llamó y dijo que vio fotos de nosotros en un café. Y fotos de ella con Gustaf saliendo de un cine o algo así. Estamos perdidos.- Le dijo abrazándolo.
-Pero tranquila, mi amor. No te pasará nada.- Trataba de consolarla.
-Pero, y si vienen y me molestan por estar contigo?.-
-No te va a pasar nada. Lo prometo.- Seguía sin estar muy convencida Cata.-Si las cosas se salen de control aquí en Inglaterra nos podemos ir a Suecia.-
-Está bien. Intentaré estar tranquila.- Abría sido una buena idea salir juntos para relajarse un rato, pero por miedo a los fotógrafos furtivos que los pudieran encontrar y fotografiar se quedaron a tomar el té, refugiados en su hogar.
Pero las cosas en la casa de Claudia no eran tan tranquilas. En taxi tuvo que llegar Gustaf a casa. Por obra y gracia del espíritu santo tenía las llaves a mano (es que generalmente no tiene las llaves porque siempre Clau le abre la puerta porque siempre llegaba juntos a casa.). La buscó por todos lados, cocina, baño principal, jardín, sala de estar, el nuevo estudio de música que habían acondicionado hace poco. Como no la encontró, fue a buscarla al cuarto principal, y ahí estaba, tirada en cama con los ojos llorosos.
-Qué pasa? Por qué esa carita? Por qué los ojos llorosos?.- Preguntó.
-Por esto.- Le entregó todas las fotos que le habían mostrado. Gustaf no entendía mucho lo que pasaba.
-Pero se supone que tú haces eso, no?.-
-No, yo solo me dedico a fotografías artísticas, no ando fotografiando la intimidad de la gente conocida por la vida.-
-Pero esto no tiene nada de malo. Que importa si nos ven por la calle caminando de la mano, o saliendo de un cine?.-
-Nada. Pero lo peor no es eso.- No sabía cómo contarle que la habían despedido. Gustaf solo la miró fijamente, así como queriendo decir que continuara.-Me despidieron.-
-Que te despidieron? Y eso por qué? Ah?.-
-Por defendernos, por encarar al editor en jefe diciéndole que no era posible que publicaran esas cosas, que salían del contexto de lo NME es. Y me despidió. Ahora no se qué hacer.- Se largó con el llanto nuevamente. Pero ahora estaba Gustaf para consolarla.
-Si te digo algo me prometes que dejaras de llorar y cambiarás la cara?.-
-Depende de que sea. Pero está bien. ‘Shoot me’.-
-Después de la última gira nos quedamos sin fotógrafo. Por cosas personales de él. Aun estamos en búsqueda de uno. Quería pedírtelo a ti, pero estabas tan contenta con ese trabajo que mejor no. Pero viendo que ya no tienes empleo, y que amas tu trabajo, mejor te contratamos a ti. Hablaré con los encargados de eso tan pronto como pueda.-
-No, cariño no puedes ser tan… No sé.-
-Es lo que menos puedo hacer. Me has ayudado en todo lo que has podido, me diste alojamiento en tu casa. Además eres muy talentosa, he visto bastante de tu trabajo y es bueno.-
Y yo seguía llamando, enviando correos electrónicos. Estaba a punto de prender algo y hacer señales de humo. En ese preciso momento sentí que golpeaban la puerta.
-Maldita sea!! Acaso no saben la existencia del timbre??.-Reclamé. Al abrir seguí reclamando.
-Amor!.- Dijo tan alegre y con los brazos abiertos.
-No sabes que existe el timbre?!?!.- Dije casi gritando. Dos segundos después me calmé- Hola Ricky.-
-Que……. Bipolaridad más grande.-
-Lo siento, es que no me gusta que golpeen la puerta principal, no preguntes por que, solo no me gusta. Y este no ha sido un buen día que digamos.-
-Por qué? No pregunto por la puerta, que conste. No te contrataron? No gustaron?.-
-No, si gustamos, de hecho firmamos hoy mismo, podemos comenzar a grabar en cuanto terminemos.-
-Pero eso es una gran cosa, deberías estar contenta.-
-Pero no lo estoy.- Me dejé caer en el sillón. -Quizás sea por todo este lio de las fotos, los paparazzis, no lo sé.-
-Olvídalo. Con el tiempo veremos eso y sabremos afrontarlo.- Música de fondo para ese momento era Getting Better de los Beatles.- Tu celular está sonando.-
-Como sabes?.-
-Es el único que suena con esa canción.- Corrí a contestarlo. Clau llamando.
-Por qué tanta llamada?.- Me preguntó.
-Quería saber cómo estabas. Que ha pasado.- Se notaba en su voz que no estaba muy bien.
-No son buenas noticias, pero les contaré a todas cuando nos veamos.-
Definitivamente buenas noticias no eran. Mi cara seguía sin cambiar, y ahora era peor. Sin decirme nada Rick solo me abrazó. Me acurruqué a su lado. Sus brazos me abrigaban de la fría tarde. No se registraron sonidos vocales por algunos minutos. Era cosa de dejar pasar el tiempo. Ordenar las ideas, y afrontar que esto pasaría tarde o temprano. Aunque preferiríamos que pasara más tarde que temprano.

viernes, 25 de junio de 2010

Cap.45: ‘I went to London and I…’

Había sido la tarde más linda, y movida, del último tiempo. No tenía ganas de que se terminara, no tenía ganas de salir de esa habitación, supuse que Rick tampoco, pero no podía estar tanto tiempo ahí. Es difícil tener a alguien un poco hiperactiva tirada en una cama abrazando a alguien haciendo nada. Pero intenté estar un rato mas, quizás viendo televisión. Cuando desperté de ese trance extraño me di cuenta de que ya era tarde, estaba bajando el sol.
-Oh dios, es tarde!.- Dije levantándome de un salto.
-Qué? Qué pasó?.-
-Quedamos de acuerdo con Claudia para ir a ver a Franz Ferdinad.- Dije, buscando la polera de esa banda que había comprado hace poco.
-Vas a ir? Es necesario?.-
-Sí lo es. Ya nos habíamos puesto de acuerdo. Además, ella debe tomar las fotos.- No estaba muy convencido, pero entendía. A medias.-Si quieres te quedas.-
-Está bien. Pero no te demores mucho, no quiero estar solito.- Me acerqué y le di un beso en la frente. Parecía un niño chiquito que ve como su mamá o su papá se van. En eso tocó el timbre Clau. Fui a abrirle la puerta.
-Eve! Estas lista?.- Me dijo al entrar.
-Sí, vamos. Voy por mi cámara y nos vamos.-
-Oye.-Me dijo bajito al oído.- No te molesta si dejo a Gustaf aquí?.-
-No sé que quiso quedar solo en casa?.-
-No. Su consola de videojuegos no sirve…-
-Y quieren usar la mía? Bueno, así Ricky no se queda solo y hace vida social.-
-Mas vida social?.- Nos largamos a reír. Clau llamó a Gustaf, el que subió rápidamente.
-Gracias por dejarme ocupar tu consola. Prometo no desordenar.- Me decía.
-Tranquilo hermano menor del Big ben, solo pido que cada cierto tiempo le hables al cachetón rubio que anda por ahí. Es sensible a veces.-
-Oh, tranquila.-
Me despedí de Ricky, Clau de Gustaf. Ahí quedaron los dos solos mientras nosotras salíamos a ver a esa banda que también era relativamente nueva. Sonaban muy bien, yo me los había topado antes un par de veces. De hecho íbamos porque estaba en la lista de invitados, y Clau porque era la que debía tomar las fotos. Trabajo para NME.
Gustaf lo que primero hizo fue ponerse a jugar, y aun que nadie lo crea, Ricky aun seguía tirado en cama viento Tv. Pero el hambre es más fuerte y no se resistió por comer algo. Obligatoriamente debía pasar por la sala para ir a la cocina. Se saludaron fríamente.
-Juegas?.- le preguntó Gustaf. Quizás así se pasaba el hielo.
-No, no sé. Bebes?.- Le ofreció una cerveza.
-Sí, claro.- Comenzaron a hablar. Aunque Gustaf no se despegó de su juego. Las primeras frases eran sobre música. Claro, son músicos, hablan el mismo idioma.
Mientras tanto, nosotras estábamos ya dentro esperando. Expectantes no parábamos de tomar fotos, al escenario, el público. Todo era minuciosamente capturado por el experto y experimentado lente de Claudia. Yo solo lo hacía para pasar el rato.
-Cuando saldrán al escenario?.- Decía impaciente Clau. Y no solo ella se preguntaba lo mismo, los fans que esperaban también estaban impacientes.
-Y van a lanzar algún otro disco.- Le preguntaba Gustaf a Ricky.
-Pues, si, estamos por entrar al estudio. Y ustedes? Según me contaron algunos meses atrás estaban grabando.-
-Sí, vamos a medio camino. Tu no vives aquí verdad?.- Le preguntó.
-No, estoy de visita. Tú no eres ingles cierto?.- No se quería quedar con las ganas de devolverle la mala pregunta. Gustaf lo miró con cara de no entender la pregunta.- Olvídalo, si se que no eres de aquí.-
-En serio?.-
-Sí, he tenido que repetirte muchas veces algunas palabras porque no me entiendes.-
Franz Ferdinand por fin estaba afuera. Son una buena banda. Suenan a antiguos pero son de esta época. Acordes ideales para mover más que una pierna para seguir el ritmo. Hacían que me moviera completamente. La gente común lo llama ‘bailar’, y eso era lo que estaba haciendo. Me sentía extraña, porque yo no soy mucho de eso de bailar, la música bailable no me agrada mucho, salvo para escuchar mientras manejo, asi es que no estaba habituada a eso. Tomábamos fotos, bailábamos, cantábamos las canciones que sabíamos, todo muy bien. Ya era pasada la media noche, asique nos fuimos de regreso a casa, contentísimas por el increíble show presenciado. En mi casa las cosas estaban bastante relajadas. Gustaf seguía pegado a la pantalla con un control en la mano, Ricky en cambio tenía mi laptop en las piernas, como buscando algo.
-Y tú no has parado de jugar?.- Dijo Claudia cuando puso los pies dentro de la casa.
-Y tú no has parado de beber.- Dije sin sorprenderme por el montaje que tenían. No quise perder ese momento. Cámara afuera y una imagen para la posteridad.
-Y tal parece que ya son buenos amigos, y que contagiaste a alguien más con tus jueguitos.-
-Si lo dices por mí, ya estaba a punto de comenzar a jugar estas cosas, aunque aun no las entiendo bien.-
Se quedaron un rato más con nosotros, hasta que la madrugada estaba muy avanzada. A eso de las tres se habían ido a casa.
-Me iré a dormir.- dije después de salir de la ducha, en pijama.
-Tan temprano?.-
-Temprano? Rick, son las dos de la mañana y estoy cansada.-
-Pero por qué tan cansada pequeña?.-
-Bailé mucho. Por qué pequeña? Tengo la misma edad que tu.-
Dejé la conversación hasta ahí, necesitaba dormir. Los ya casi Norén también, pero ellos se quedaron un rato mas hablando. Básicamente fue: Gustaf preguntándole sobre lo que había hecho esa noche. Clau le hablaba de cosas técnicas que no entendía, pero intentaba hacer como que entendía todo.
El lunes siguiente fue uno bastante flojo para todos. Mando Diao debía reunirse en el estudio para seguir grabando. Clau debía ir a su trabajo, Cata también. Yo debía hacer unas reuniones con gente del cello discográfico nuevo con el que estábamos prontas a firmar. Todos a levantarse temprano. Claro que con caras de cansados.
-Y esas caras muchachos? Que no durmieron anoche?.- Molestó CJ a Björn y a Gustaf.
-Yo dormí poco. Creo que no iré a ningún concierto en día domingo. A menos que no tenga que hacer nada al otro día.- Se quejaba Björn
-Y a quien fuiste a ver?.- Le preguntó Gustaf.
-a Franz Ferdinand. No fue mi idea, claro. A Cata le encantan y me preguntó si la acompañaba y fuimos.-
-Y no vieron a Claudia por ahí?.-
-No. Estaba?-
-Le tocó trabajar. Fue a sacar fotos.-
-No, no la vi. Bueno, en realidad estaba más preocupado de que cuidar a cata, no quería que la empujaran a todos lados.
En las oficinas de NME las cosas comenzaban a ponerse un poco cálidas. Todo estaba como de costumbre, Claudia revisando todo el material acumulado por ella la noche anterior. Para descansar un rato se fue a dar una vuelta por el taller de edición. Se dio cuenta de una foto que le llamó la atención. Estaba en la mesa de trabajo de uno de los diseñadores. Era una de Cata y Björn sentados en un café del Hyde Park. El encabezado decía ‘No solo vinieron para grabar’. El ‘vinieron’ la perturbó.
-Y eso? Quien la tomó?.- Preguntó.
-Una de las nuevas. Es todo un acierto. Y mira esta, aun estamos viendo si la ponemos o no.- Le mostró una de ella con Gustaf. La habían tomado de noche, cuando ellos salían del cine, hace un par de semanas. No podía ver lo que sus ojos estaban viendo. Pidió una copia de todo el artículo.- Oye, pero espera. Aun no termino. Esta es todo un logro.-
-A que te refieres?.-
-Se dice que esta pareja anda junta desde hace algún tiempo, pero nadie los había visto juntos, hasta ahora.- Le mostró el artículo terminado. Encabezado? ‘Pareja real del indie?’ Y quienes figuraban? Ricky y yo.-Nadia los había visto juntos hasta ahora. Esto se venderá como pan caliente.-
Rápidamente tomó las copias solicitadas y corrió por el teléfono. Debía llamar a Cata. Como yo no estaba ubicable como para hablar una hora, me mandó un mail.
-Cata!!.-
-Que te pasa? Cálmate si me quieres hablar primero.-
-Te descubrieron!!.- Le dijo, casi gritando
-Quien? Cómo? De que estás hablando? Yo no he hecho nada malo como para que me descubran.-
-Alguien de esta revista tomó una foto de ti y Björn!!.-
-Que, qué??.- Dijo petrificada.
-Eso. Debes hablar inmediatamente con Björn. Ay, este es el fin.-
-No, pero no. Como!!-
Comenzó a explicarle todo, que había visto esa foto de ellos dos, que también habían algunas de ella con Gustaf y mías. Si alguien llegaba a leer eso las podría reconocer en la calle, lo cual, no era lo que ellas querían.

lunes, 21 de junio de 2010

Cap. 43: ‘I Love You Anyways’

El tiempo que pasó después de eso fue muy extraño. No alcancé a ordenar toda mi casa, ahí quedaron muchas cosas en cajas y bolsas y me fui de gira nuevamente. Para mis amigas las cosas no estaban para nada raras. Comenzaban a hacer sus vidas normales con sus novios al lado. Ellos se levantaban temprano para ir a trabajar a su estudio, a veces volvían tarde, otras veces temprano. Generalmente eran ellas quienes iban a por ellos, como aun no conocían bien la ciudad, ellas eran responsables de ellos. A veces salían todos juntos, otras se reunían en casas y ahí pasaban horas jugando pegados a un televisor ellos y reclamando todo el tiempo ellas. A pesar de eso, siempre pasaban una buena velada. Caro era un mundo aparte. Además de que su nuevo hotel estaba en construcción, su noviazgo con Nick estaba viento en popa. Se separaban, obvio, porque él debía ir a tocar a otros lados, pero los reencuentros eran toda una escena sacada de una película de amor, según lo que me habían contado. Por mi parte no volví a hablar con Ricky desde el día de su cumpleaños. Y había armado una estrecha relación con Sam, pero nada serio. Se basaba en indirectas desde ambos costados, nos veíamos cada vez que yo volvía a casa y él no estaba en el estudio. Claro que uno de esos días en que él estaba en el estudio, y yo de visita dejé las cosas claras. Todo gracias a una buena conversación con mi almohada la noche anterior.
-es esta una relación seria, Sam?.- Le dije. Lo había llevado hasta el jardín del estudio, cuando estaban en un descanso.
-No se, quieres que sea seria?.- Decía. Y se acercó a mí, como intentando darme un beso, o un abrazo, o ambas cosas.
-No, no quiero.-Le dije separándolo de mi. Me miró extraño.-No me mires así. Lo siento, solo podemos ser amigos. Tómalo o déjalo.- dije tajante.
-Está bien. Respeto tu decisión. Amigos?.- Me estrechó la mano y nos dimos un abrazo. Nadie salió herido, amigos de nuevo. Todo bien.
Después de ese día volví a mi casa, Clau me acompañó. Dijo que debía hablar conmigo. Eso siempre me daba susto. Una buena taza de café acompañaba el momento.
-Que te está pasando? Por qué ya no le hablas a Ricky?.- Me preguntó tajantemente y sin rodeos. Directo al grano, como es ella.
-Porque ya no tengo nada de qué hablar con él. O eso creo.-
-Estás segura? No por nada le dijiste que no a Sam. Que no quedó muy conforme que digamos, según comentarios de sus amigos más cercanos.- Obviamente Gustaf.- Estas segura que no te pasa nada si digo ‘Ricky’?.-
-Que te crees una hiena del Rey León o qué?.- Me miró sin entender de que hablaba.- Olvídalo. Y no, no me pasa nada.-
-No te creo.- Solo me digné a mirarla.-Estas roja y tienes los ojos vidriosos. Si te pasan cosas.- Tenía razón. Aun me pasaban cosas con él. Pero estaba tan insegura que ya no me hacia ilusiones de volver.-Por qué no quieres volver con él? Aun te ama.-
-Hablaste con él?- Me emocioné cuando dijo eso. Un poco.-
-Sí, hace algunos días. Te extraña mucho. Me confesó que intentó volver con tu antigua novia, porque ella lo había buscado. Pero no duró mucho, algo así como tres semanas y ya.- Eso fue como un balde de agua fría para mi.- Dale una oportunidad.-
-Está bien. Lo intentaré.- respondí.-Pero para que quieres vernos juntos de nuevo?.-
-Porque se ven tan lindos los dos. Es como si hubiesen nacido para estar los dos así juntos.- No sabía si eso era de verdad o era una simple exageración por parte de Claudia. Pero que importaba.
Días después, yo seguía pensando en lo que me había dicho Clau, y comenzó con las llamadas al celular.
-Hace cuanto tiempo que no hablaba contigo?.- Preguntó
-No sé, ya ni recuerdo.- Dije, un tanto fría. Casi como las primeras veces que hablaba con él. Fue un rato. Solo me decía que por qué no hablábamos. Le dije que bueno, lo pensaría. Y tanto pensar pasaron varias semanas, unas giras mías entre medio y el fin de su gira para entrar a grabar su nuevo disco. Estaba finalmente en casa. Seguía llamándome. Estaba un poco confundida. Me había llamado más de tres veces invitándome a dar vueltas por su natal Leeds, pero no quería. En realidad, si quiero, pero no sé. Y nuevamente sonó mi celular
-Ahora que Wilson?-Le dije en un tono de no muy buenos amigos
-Vas a decir que si o te raptaré!-Me decía decidido
-Estas a mas de una hora de mi casa, no serias capaz de raptarme-Le dije casi enojada y corté el teléfono.
Ya no sabía qué hacer. Si, debo reconocerlo, me atrae desde el primer día en que lo vi, pero no sé, es extraño. Aun con esa confusión en mi cabeza me acosté en mi cama, tenía el laptop e intentaba componer algo. Quería terminar esa canción que había comenzado hace dos días, pero las palabras que salían ahora, no concordaban con las que ya estaban escritas. Me preocupaba el leer lo que decía. Se reflejaba más lo que me estaba pasando que la historia que estaba montando. Y de la nada me dormí. Quizás fue porque eran las tres de la mañana.

A la mañana siguiente fui despertada por mi gato, como era habitual. Me fui a la cocina para darle el desayuno, el que felizmente me aceptó. Después fui al baño para tomar una ducha, todo para comenzar mi día a la 11 de la mañana. Me vestí como siempre, jeans azules, zapatillas negras y una polera roja. Aun no había decidido si saldría a algún lado, asique el hoody no era muy importante, mi departamento estaba calefaccionado. Mientras tomaba mi desayuno, viendo las noticias en la BBC y leyendo el diario como todos los días, amaba estar informada de todo, mi celular sonó. Ya sabía quién era, no necesitaba ver el número
-Prométeme que no vas a cortarme, por favor-Decía Ricky al otro lado del teléfono
-Está bien, no voy a colgar el teléfono, pero dime qué quieres!-Le dije un poco molesta, no entendía por qué
-Que me abras la puerta-Dijo golpeando mi puerta
-Qué? Estas afuera?-Me levanté rápido y corrí hasta la puerta de mi departamento. Cuando abrí la puerta ahí estaba, apoyado en el marco, con sus mejillas rojas, su barba sin afeitar, según yo, estaba perfecto, con ese look casual un poco descuidado. De la emoción tiré el celular al suelo y me tiré a sus brazos, como si fuera la última vez que lo viera. Muy extraño, jamás he tenido esa reacción con otros chicos-Lo siento, lo siento-Le dije con un poco de desesperación
-Está bien, te perdono, pero, por qué?-Me dijo levantándome del piso por el abrazo (recordar que yo soy bastante baja)
-Por querer esconderme de ti. Fue un gran error.-Le dije mientras le tomaba una mano y lo hacía pasar hasta la sala-Pasa, estás en tu casa. Puedes dejar tu abrigo en el perchero y pasar a la cocina por un café. Solo por curiosidad, como conseguiste mi dirección?-Le pregunté mirándolo
-Tus amigos de la banda, me ayudaron bastante-Decía con esa sonrisa un tanto esquizofrénica que a veces tiene.
Creo que desde hoy, este ha sido el despertar más lindo de mi vida.
-Ah, eres una persona informada.-Dijo contemplando el diario que había en la mesa de la cocina.
-Sí, me gusta saber lo que pasa en el mundo, para no quedar sin opinión.-Le dije y le pasé una taza con té, no bebía café
-Excelente, podré preguntarle a alguien de confianza que pasa en el mundo cuando me pregunten algo extraño-Decía y ojeaba el diario.-vas a hacer algo hoy?-Preguntó
-Sí, quiero quedarme en casa, debo ordenar algunas cosas, como podrás ver, después de unos meses fuera, este departamento está hecho un asco. Y debo ir a comprar cosas para la despensa. -Le dije
-Bueno, yo quería invitarte a que saliéramos. Pero viendo que tienes cosas que hacer, mejor lo dejamos para otro día.-Dijo como resignándose a que no saldría conmigo.
-Lo siento. Es que no se si después tendré tiempo para hacer esto. En serio, disculpa.- Le dije, y noté su cara de tristeza por mi respuesta.
-Bueno, mejor te dejo para que no te demores tanto.- Dijo caminando hasta la puerta. Y fue cuando dije una de esas cosas que no debo decir, pero como pensar a veces no es lo mío, simplemente lo dije.
-Pero puedes venir mañana. No tan temprano como hoy, pero si quieres venir, te espero y salimos a vagar.- No sé por qué le dije, pero después de eso su cara cambio en dos microsegundos. Pasó de tener cara de niño triste porque su mamá no le compró dulces a una cara con una gran sonrisa. El pobre corrió a mí a darme un gran abrazo. No entendí porque, pero bueno, que podía hacer yo.
-Gracias- Dijo mientras me abrazaba. – Estaré a la una, en este mismo lugar.-
-Está bien.- Nos despedimos y se fue.
Extrañamente eso me puso feliz. Me asomé a la ventana y lo observé retirarse del lugar. Me gustaba su forma de vestir de ese día. Estaba como en trance mirando cómo se alejaba. Me dio tristeza, fue una extraña sensación. Me senté en el sofá, y comencé a recordar todo lo que había pasado desde que nuestro primer disco salió hasta lo que pasó hace cinco minutos. Había sido un excelente tiempo. Lo pensé mejor y tomé el teléfono. Hice una llamada de la cual nunca me arrepentiré.
-Si?.- Contestó
-Donde estas?. Estas cerca de mi casa?-
-Sí, algo. Por qué?.-
-Vuelve.- No me respondió nada por un minuto, quizás no se esperaba esa llamada. Volvió rápidamente. Cuando tocó el timbre abrí rápido la puerta. Me quedé frente a él mirándolo, como cuando nos dimos el primer beso de verdad, aquella noche fría después de un show. Fue Ricky quien me levantó de un abrazo del piso. Lo que pasó después fue simplemente demostrar lo mucho que nos necesitábamos. Tanto tiempo sin vernos, todo era como obvio.
-Que será de Eve y Ricky?.- Decía Clau a Gustaf, que se estaba quedando dormido.
-Entre quien?.- estaba medio dormido
-Recuerdas mi amiga de pelo corto que estaba de novia con el gordito rubio?-
-Sí, algo. Pero ellos no estaban ennoviados, habían terminado. No?.-
-Sí, pero ya volvieron.- Dijo segura.
-Y como sabes? Lees las cartas? Eres vidente?.-
-Que gracioso.-Le tiró un cojín por la cabeza.
-Oye! No se vale, estoy un poco dormido.-Le tomó las manos.

sábado, 19 de junio de 2010

Cap. 43.: ‘Walking Down the Hill’

Son unos amorosos, un encanto de suegros. No tenía nada negativo para con ellos. Si fue lamentable que se fueran tan rápido, aunque fue un alivio también. Después de que se fueron me preguntaron cuando conocerían a mis papás. No supe que contestar.
-Estás seguro que quieres conocer a mi familia?.- Pregunté.
-Sí, yo quiero. No tiene nada de extraño, o si?.-
-Que hablen ruso durante un almuerzo es malo. Mi último novio, que hace mucho, mucho tiempo me dejó por eso.-
-En serio? Bueno, si lo dices, y lo planteas de esa forma, quizás si sea un problema, pero nada que no se pueda solucionar.-
-No te voy a dar clases de ruso!.-
Estaba como entusiasmado con la idea. Pobrecito.
-Oh, este es Nothing Hill. Donde hicieron la película?.- Preguntó un curioso Björn, que miraba para todos lados.
-Sí, este es el famoso lugar de la película. Lindo, no?.-
-Es hermoso!. No has pensado vivir aquí?.-
-Estás loco? Las casas son muy caras, y los arriendos peor. Además donde vivo, vivo bien.-
-No te gustaría vivir aquí?.- preguntó como queriendo hacer alguna oferta.
-Sería tan lindo. Pero me bajaré de la nube y seré realista, no pasará hasta dentro de muchos años.- Decía mirando uno de los edificios que habían ahí, en una esquina. A Björn se le ocurrieron tantas cosas, pero no se atrevió a decir nada, quería esperar un poco de tiempo antes de hacer cualquier movimiento. Siguieron caminando hasta llegar a un café. Compraron para llevar. Decidieron seguir recorriendo con un café en la mano. Seguía pensando, pero aun no. Quizás era muy pronto para la siguiente jugada, asique prefirió esperar. Pero ni corto ni perezoso anotó secretamente los números y dirección de la casa que habían visto. Sabía que las utilizaría en un tiempo no muy largo.
-Sabes? Creo que me iré.- Dije
-Qué?!?!?!? No, no puedes!.- me gritó.
-Como que no puedo? Quien eres tú para decirme que no puedo ir?.- Le dije, no con un mal tono, pero si algo molesta.
-Tu novio? Tu amigo? La única persona que está aquí? El cumpleañero?.... Sí, eso. Hoy es mi cumpleaños y no te puedes ir.-
-Olvídalo.- Fui por mis cosas y salí directo a mi auto. Rick me siguió, obviamente.
-Eve, no, por favor. Era una broma.- Decía, pero no lo tomaba en cuenta. Arranqué el auto y me fui. Increíblemente una lágrima cayó por mi mejilla. Se quedó inmóvil en las afueras de su casa, viendo como me perdía de su vista.
Volviendo del estudio en las afueras de Borlänge. Todo listo para salir a celebrar, aunque la lluvia que repentinamente comenzó a caer casi hace agua los planes.
-Saldremos con esta lluvia?.- Le preguntó Clau mirando por la ventana.
-Vives en una ciudad donde llueve todo el tiempo, no te puede dar susto la lluvia.-
-No se trata de que me dé susto la lluvia o no, es que como que siempre arruina mis planes, me mojo los pies, siento que me molesta poco.-
-Eso de los pies te pasa por usar esas zapatillas. Deberías cambiarlas.- Tan paternal que era a veces.- y lo de la lluvia es una maña tuya, que comenzaras a dejarla de lado o no disfrutaras nunca. Y comenzarás ahora. Asique vamos, vamos!!!.- La sacó casi a empujones de la casa. Tomaron rumbo al centro, a un bar-restaurant. Muy tranquilo, con música agradable y luces tenues, que recreaban un grato ambiente. Ni tan romántico, ni tan frio. Ordenaron lo más popular de ese lugar: era una especie de hamburguesa y papas fritas.
-Esto tenía pinta de algo más sofisticado.- decía Clau.
-Eso es lo que más me gusta. Parece un lugar donde sirven platos que solo tienen una hoja de lechuga, caviar, y un poco de atún en cantidades ínfimas, pero no. Su comida más conocida es esta hamburguesa de res, con lechuga y otras cosas y papas fritas.- tal parecía que era su lugar favorito. Y solo era el comienzo de la tarde.
En poco tiempo llegué a mi casa. Necesitaba estar sola para ver que estaba haciendo, y si lo que había hecho era bueno o malo. Encendí mi laptop para enviar algún correo pidiendo disculpas, pero me detuvo un correo de mi papá, en el que reclamaba que no contestaba el teléfono móvil y que mi nuevo departamento estaba listo, me podía mudar cuando quisiera. Era lo bueno de tener un papá que es corredor de propiedades y la prioridad número uno de sus clientes soy yo. Y mis amigas cuando lo necesitaban. Respondí que desde mañana comenzaría a llevar las cosas. El otro era uno de Sam, en el que preguntaba si aun estaba en pie su propuesta del otro día. Dije que sí, pero que debía ordenar todas mis cosas, le expliqué lo del cambio de casa. Me contestó con un ‘encantado te ayudaría a cambiarte de casa’. Fue tan lindo.
Eso fue lo que hice el día siguiente. Llegó muy temprano a ayudarme a empacar todo.
-Gracias por venir, y temprano.- Dije saludándole.-Y disculpa por como estoy vestida.- No era la decencia en persona como lo soy en la cotidianeidad de la vida. Ese día estaba con la ropa que un par de veces usé para ir al gimnasio, que era un pantalón muy viejo, zapatillas muy gastadas y una polera algo roñosa de The Beatles.
-Por lo menos la polera tiene estilo.- Bromeo.
Le pedí que me ayudara con las cosas del living. Las fotos, algunos adornos y lo más importante, sacar todos los vinilos que tenia pegados en la pared. Todo lo guardó delicadamente en las cajas, y cada caja que terminaba de empacar, le escribía afuera el contenido. Algo que, sinceramente, jamás se me habría ocurrido. Al final del día tenía todo guardado en cajas, y solo esperaba a mi papá con un camión.
-gracias por ayudarme, y disculpa que nuestra salida no haya sido como pensaba.-
-No, descuida. Fue entretenido ayudarte a guardar cosas. Si quieres te puedo ayudar a desempacar y ordenar tu nueva casa.- Decía.
-lo pensaré.- Me disponía a despedirme de él, cuando hizo algo que quizás no debería haber hecho. Si, fue un beso. Pero uno corto, casi como si hubiésemos chocado sin querer, pero no lo fue. Solo lo miré. Ambos nos pusimos rojos, me miró a los ojos y se fue. Entré a casa nuevamente, di un suspiro, me fui a dormir.

sábado, 12 de junio de 2010

Cap.42:'With Or Without You'

Clau no paraba de llorar, había quedado afectada por culpa de esa inesperada visita. A pesar de que todos le decían que no le tomara importancia.
-Nos podemos ir? Necesito tirarme un rato en un sofá, una cama, lo que sea.-
-Pero no nos vamos a quedar por el té? Aun no son las cinco, falta poco.- Le dijo mirando su reloj. No le subía el ánimo.- ustedes siempre toman el té a las cinco de la tarde, no?.-
-Gustaf no estoy de humor.-
-Lo estabas hace un rato. Pero bueno, ya sé por qué lo estas. Hablare con mi mamá, espérame.- Salió de la sala a hablar con su mamá. En ese instante entró Víctor.
-Aun estas triste? No le hagas caso, siempre fue así de loca.-
-En serio?.-
-Sí, recuerdo un día en que hicimos una salida familiar por el campo. Todos estábamos pasándola bien, pero a la princesita le molestaba el pasto. En cuanto terminaron de comer el almuerzo hizo que el bobo de mi hermano partiera.- Le explicaba, haciendo caras y poniendo voces chistosas.
-Le hizo caso? No lo creo.-
-Sí, fue real. Es que a ella le gustaba mandar. Y si bien Gustaf tiene su carácter, algo le estaba pasando, era otro. Gracias a ti ahora tenemos al Gustaf gruñón de siempre.-
-Estás hablando de mi?.- Le dijo Gustaf cuando apareció por atrás.- Nos vamos?.-
-Bueno. Gracias por subirme el ánimo.- Le dijo Clau a Víctor.
-Esta bien. Yo solo te preparaba para el futuro. Después podemos continuar mi taller de ‘como convivir con Gustaf Norén’.- Al terminar la frase Gustaf le dio un pequeño golpe en la cabeza.- Ouch!!.-
Se despidieron de todos y partieron a casa de nuevo.
Aun no nos levantábamos después de tomar desayuno en la cama. Nos habíamos quedado pegados viendo una maratón de Dr. Who. Despertamos de ese especie de transe con un llamado.
-Si?.- Contestó Ricky.-Mamá!.... que si estoy listo? Para qué?..... Que ustedes…… como?...... Bueno…. Si mamá… si…. Yo…. Si…Yo también…. Si, adiós.- Cortó la llamada.
-Tu mamá?.-
-Cuanto te demoras en la ducha?.- Me preguntó
-No mucho, considerando que tengo el pelo corto.-
-Bueno, entonces ve a ducharte rápidamente. Vienen en camino.-
Eso no estaba en los planes. Se suponía que nosotros iríamos a la residencia Wilson, no que ellos vendrían a la sucursal. En fin. De un suacate me levantó, y me fui directamente a la ducha. En siete minutos estaba rechinando de limpieza. Me fui a terminar de vestir a donde tenía mi bolso. En eso y sin que yo me diera cuenta Ricky entró al baño. Debía ducharse también. Tenía el cabello despeinado por secármelo con la toalla, asique entré al baño para peinarme, a pesar de que perfectamente lo podía hacer con una mano, pues lo tenía demasiado corto. Entré al baño y ahí estaba, en traje de Adán como decía mi madre, pero no alcancé a ver mucho. Cuando entré estaba entrando a la ducha y se tapó con la cortina. Lamentablemente. Solo pude reír. Ricky sacó la cabeza hacia afuera de la cortina. Estaba rojo, quizás por vergüenza, pero alguien como él avergonzado por algo así, era muy improbable.
-Que haces aquí?. No te enseñaron a tocar la puerta?.-Me preguntó entre risas.
-Lo siento no te vi entrar.-
-Sí, claro, no me viste entrar. Que desvergonzada Eve Kuznetsov.-
-Ya basta. Estas haciendo que me ruborice.- dije tapándome la cara con las manos.
-Mas roja, queras decir.- Siguió molestándome, y yo seguía muerta de vergüenza. Cerró la cortina y comenzó con su ducha matutina. Antes de salir del baño me molestó nuevamente.- No vas a esperar a que termine mi ducha.- me dijo. Mi respuesta fue un no, y para que, pregunté. Pícaramente respondió.- para que me envuelvas con la toalla.-
Si bien no me hizo enfadar, sino más bien me causó mucha gracia, claramente continuaba molestándome. Como venganza abrí una llave, lo que hizo que el agua saliera muy caliente. Pegó un grito de dolor, o algo así.
-Está bien. No te molestaré más.- Cerré la llave y salí. Todo estaba listo, solo faltaba el cumpleañero.
Llegaron a casa. Clau aun seguía triste por lo ocurrido, según ella era su culpa todo lo que estaba pasando, aunque seguían insistiendo que no lo era.
-Aun tienes esa cara?.- Le preguntó Gustaf al tiempo que le entregaba una taza de café.
-Sí, pero se me quitará.-
-Me acompañarás mañana a buscar mis cosas al estudio?.- Le pregunto. Pensó que quizás así olvidaría por un rato lo que estaba pasando, pero notó que no estaba muy convencida de eso.-Iremos en ferri.-
-Está bien, te acompañaré.- Dijo sin muchos ánimos.
-Oh, vamos. No puedes estar tan así. Ya sé que quizás te molestó, pero debes saber que yo solo te amo a ti.-
-Demuéstramelo.- Dijo con firmeza, algo que sorprendió a Gustaf, quien sin pensarlo dos veces comenzó con su demostración, directo al grano, sin mucho preámbulo, sin rodeos. Era como una necesidad de ambos: uno necesitaba demostrar que si amaba al otro, y el otro necesitaba saber si lo que le decían era real.
-Hoy si me llevaras a algún lado para inspirarme?.- Le preguntó Björn
-Hoy? No lo tenía en planes.-
-Bueno, si quieres no vamos a ningún lugar donde yo me quede callado todo el tiempo porque estoy concentrado en algo. Quizás podrías enseñarme a andar por esta ciudad. Así ya no me tienes que ir a buscar y podré venir a casa solito.-
-Por qué quieres andar solo por las calles?.- Le preguntó.
-Porque quiero aprender. Así no te preocupas cuando estés trabajando y yo salga.-
-En eso tienes razón. Está bien, me convenciste, saldremos un rato.- Dijo. El más contento con eso fue Björn, quien, no solo aprendería a caminar por las calles Londinenses, también aprovecharía de pasar más tiempo con ella, tomando en cuenta de que en un tiempo más debía encerrarse a grabar todo un disco. Estaba nublado pero no hacia frio. Caminaron hasta la parada de microbuses. Aquí comenzaba su primera lección: cuál era el autobús que llegaba hasta el centro. Y era fácil, Cata le explicaba que por lo menos debía decir Central London y llegaría a todos los lugares más turísticos. Si quería algo más relajado simplemente debía tomar el mapa y caminar. Todo gracias a que en el West London, donde todos viven menos yo, hay casi de todo, sobre todo cerca de Nothing Hill.
-Entonces las guías turísticas no me sirvieron.- Decía triste con una guía en mano.
-No es eso, es que quizás no la entendiste.-
-Nunca entiendo las cosas, nací medio tarado.- Dijo medio triste.
-No, tú no eres tarado. Quizás un poco lento, pero no tarado.- Esperaron un rato el autobús. Para matar el tiempo Cata le explicaba el mapa de Londres.
Los papás de Ricky eran un amor de personas, lo noté en cuanto entraron a la casa.
-Mamá, papá!!.- Los saludó muy alegre con un apretado abrazo a cada uno. Era gracioso verlo junto a ellos, pues Ricky era una copia exacta, pero más rechoncha, de su papá, de hecho se llamaban igual. En lo único que se diferenciaban era en que Ricky Wilson Sr. era más alto, Charles Wilson Jr. era más como su mamá, igual de rubia que él, bajita y mas gordita.
-Hijito te trajimos algo, espero te guste.- Le entregaron una cajita. Ricky, cual niño de seis años abrió desesperadamente su regalo. Era una boina de un color el cual olvidé. Muy agradecido los abrazó.
-No nos vas a presentar a tu invitada?.- Le preguntó su papá
-Cual invitada?.- Además de tener 13 años mentales, era despistado. Menudo panorama el mío a su lado. Su papá le hizo un gesto, como para que se diera cuenta de que yo estaba ahí.
-Ah! Ella. Pero no es una invitada, ya casi es parte de la familia.- Dijo entusiasta. Yo, muy impactada. Sus padres lo miraron con cara de no entender mucho de que hablaba. –Mamá, papá, ella es Eve Kuznetsov, mi novia.- Dijo orgulloso abrazándome.-
Hablamos mucho antes del almuerzo, lamentablemente debieron ausentarse a la hora del té, debido a una reunión que el Sr. Wilson tenía en las oficinas de la BBC, donde trabajaba, fue a última hora.
Era ya de mañana en Suecia, un soleado sábado. Ideal para salir a recorrer.
-Despierta señorita cumpleañera!.- Le dijo Gustaf con el Desayuno en una bandeja.
-No, es muy temprano.- Rezongó Clau.
-Pero me dijiste que me acompañarías a buscar algunas cosas.-
-Cierto. Disculpa.- Decía sin abrir los ojos aun.
-Bueno, ahora siéntate, debes desayunar.- A duras penas logró convencerla. Pero lo logró. Desayuno, duchas y partieron a buscar algunas cosas. Si bien le había prometido llevarla en ferri, la verdad fue que para tantas cosas, era imposible que las transportaran hasta la casa de Gustaf. Una camioneta con mucho espacio fue la solución. Llegaron en un rato. Era un lindo estudio en las afueras de la ciudad. No había casi ruido, Tampoco vecinos que alegaran por cualquier cosa, simplemente perfecto. Le pidió ayuda para embalar las cosas. Debía meter un par de guitarras en los estuches, amplificadores en cajas, los cables y cuerdas de repuesto, y todos esos accesorios que usan en giras y en sus actuaciones en vivo.
-Es necesario llevar tantas cosas?.- Le preguntó.
-Sí, es necesario. Pero es solo eso, esas cuatro cajas, las guitarras y el bajo. Lo dejamos en casa y después iremos a celebrar.-
-Y a donde?.- Preguntó curiosa.
-Ah, sorpresa.-
-Pero, pero…-
-Nada de peros, va ser paciente y esperarás.- no le quedó otra a Clau que esperar hasta pasado el medio día.

sábado, 5 de junio de 2010

Cap. 41: ‘Cuando Salga el Sol Vas a Ser un Recuerdo’

Partió rauda y velozmente a buscar Björn, quien aun estaba en su mesa escribiendo. Quería inspiración? Pues ya la tenía. Muy concentrado estaba, cabeza gacha, lápiz sobre el papel. No paraba de moverlo de tanto escribir. Al llegar Cata al lugar preguntó si aun estaba en alguna mesa un hombre con las características de Björn. ‘Debe ser un poco más precisa en su descripción’ le dijo uno de los que atendía el lugar.
-Que más precisa puedo ser? Bueno ya: Es rubio, ojos claros, debe estar con alguna camisa negra, chaqueta negra también y está escribiendo. Anda con un papel y un lápiz.- Trataba de dar con una descripción, pero era imposible, no sabía cómo estaba vestido, porque cuando lo vio en la mañana aun figuraba en pijama.
-Quizás sea él. El que está en ese rincón.- Le apuntó el rincón que estaba hacia la derecha de vendedor. Y era él, sentado con unas hojas, un lápiz y una taza de café, al lado de una planta.
-Gracias.- Le dijo al vendedor y caminó hasta la mesa. Se sentó sin hacer ruido. Björn no se dio cuenta, estaba tan concentrado en lo que escribía.
En la residencia Norén las cosas estaban comenzando a aclararse. La sinceridad fue la mejor herramienta para superar ese hincapié diminuto y la confianza el mejor complemento para volver a ser lo que eran antes de pisar suelo sueco.
-Te puedo contar algo?.- Le dijo Clau cuando figuraban ambos tirados en una cama gigante viendo TV. Gustaf dijo una especie de ‘Si’, de esos que uno dice cuando no está poniendo atención al otro pero le responde de todas formas para que no se sienta mal.- Estoy nerviosa.-
-Por qué?-
-No sé. Vienes saliendo de un matrimonio fracasado, me siento un poco culpable.- Seguía.
-Ya te dije que no tienes nada que ver en eso. Ahora relájate y disfruta de la película.- Se notaba que estaba un poco inquieta por conocer a la familia Norén, pero Gustaf la entendía y trataba de que ese nervio se le borrara. Al menos lo intentaba.
La cartelera de esa noche no era la mejor. Si bien habían películas que podrían ser potencialmente buenas, ninguna me convencía.
-Vas a decidirte por una?.- Comenzaba a desesperarse por estar ahí mirando los anuncios de las películas.
-No sé, ninguna me convence.-
-Entonces nos vamos.- Me tomó una mano y me jalaba hacia la salida al estacionamiento.
-Oye no, espera.- Le dije.- No vamos a ver algo?.-
-No, tú no te decides por ninguna, no quiero seguir aquí perdiendo el tiempo, me quiero ir a casa.- Dijo. Tenía cara de aburrido.
-Está bien, vamos. Pero que vamos a hacer?.-
-Demos vueltas, es temprano aun. Puedo llevarte a conocer Leeds, porque solo conoces lo que has visto cuando has venido a mi casa y la vez que vinieron a tocar, pero puedo apostar a que no conoces todo.-
-Como supiste?.-
-Tienes carita de ser despistada. Pues, señorita, nos vamos a recorrer Leeds.- Me ofreció su brazo, lo tomé y salimos. Primero al estacionamiento por el auto y después quién sabe a dónde iríamos.
Aclaró su garganta para llamar la atención y no lo logró. Lo hizo nuevamente y nada. Y de nuevo y nada.
-Björn!.- Le gritó.
-Ay! Catalina, que haces aquí?.- Le preguntó. Con tanta concentración había olvidado que ella le había dicho que lo iría a buscar.
-Que qué hago aquí? Que qué hago aquí?! Bien, te diré que hago aquí: te vine a buscar.-
-Pero te dije que me podía ir solito.-
-No te puedes ir solo, llevas aquí algo asi como un mes, o menos, o más. No conoces esta ciudad, te podrías perder. Y si te pierdes me preocuparía.-
-Buen punto ese. Bueno, ya. Un café?.- Le ofreció.
-No, mejor vámonos, estoy cansada y quiero llegar a casa y tenderme en mi cama y hacer nada un rato antes de dormir.-
Comprendió Björn que, en el fondo, tenía razón, asique llamó al mesero y pidió la cuenta. Pagó y se fueron.
Las calles de Leeds en la tarde-noche eran muy parecidas a las calles de Londres, con la diferencia de que aquí la gente no caminaba tan rápido, todo parecía más lento, y eso ayudaba a caminar de una forma más relaja. Caminar por sus calles en el centro era un placer. Todas las tiendas estaban comenzando a bajar sus cortinas, los bares y pubs se llenaban lentamente.
-Quieres pasar a uno?.- Me dijo cuando nos detuvimos frente al All One Bar.
-Y como te llevo?.- Le dije, recordándole que siempre se le pasan las copas y tengo que llevarlo a algún lado y todo lo que conlleva una persona ebria.
-Tienes razón. Sabes? Mejor nos devolvemos, ya se me ocurrió que hacer.-
-En serio? Dime.-
-Es sorpresa, solo te daré, no es una pista, es mas como…bueno, no sé que es precisamente pero…- La palabra que no pudo recordar era ‘adelanto’, y consistía en un beso. Pero no uno cualquiera, fue bastante largo, y apasionado también. Cuando terminamos, porque también participé.
-eso fue solo el adelanto?.- le dije.
-Esa era la palabra perdida! Tan inteligente que eres. Ya vamos, o no habrá sorpresa.- Nos marchamos de vuelta al hogar. Al final lo único que hicimos fue gastar dinero en gasolina para el auto. No compramos nada, no vimos una película, nada de eso.
Llegamos a casa, replicando lo que habíamos hecho como adelanto. Y si, fue la primera vez que solo estábamos enfocados con el otro. Ahora si no había más gente, ni amigos que aplaudieran, por fin teníamos contacto entre nosotros dos y nadie más. Poco a poco las capas de ropa caían al piso, y formaban un camino hacia la habitación principal. Por fin nos estábamos conociendo mucho mejor. Y me agrada.
A las nueve de la mañana hora sueca, Clau se despertó. Necesitaba un café. Le pareció extraño que a esa hora todo estuviera oscuro aun. De hecho pensó que podía ser una especie de eclipse. Trató de tomarle tanta importancia. Al rato después, cuando Clau estaba frente a la ventana con su cámara Gustaf despertó. Obviamente no la encontró a su lado, y de un brinco saltó de la cama y fue a por ella. La vio frente a ese ventanal, fotografiando el sol que a duras penas aparecía.
-No es lindo aquí?.- Le preguntó.
-Despertaste!.- Le dijo cuando él se acercó a saludarla, con un cariñoso beso como era costumbre.- Si, es lindo. Pero, a qué hora sale el sol?.-
-Tarde, a eso de las 10.30. Que no te asuste, es normal en esta época invernal. Te darás cuenta de que se hará noche a eso de las 4.30 de la tarde. A qué hora iremos a lo de mis padres?.-
-Te llamaron? No sentí el teléfono.-
-No, Josefine me mandó un mensaje anoche. Quieren que estemos temprano.-
-Temprano como a al medio día?.- Dio una idea Claudia.
-No, a eso de las dos estará bien.-
Cuando eran las dos de la tarde ya estaban casi llegando a casa de los Señores Norén. Ahí estaban sus padres, Josefine, la hermana de Gustaf, también Carl y Víctor, los hermanos menores de él.
-Oh, ellas es tu novia?.- Dijo Víctor.
-Sí, Vic, familia, Claudia Cooper. Fotógrafa, nacida y criada en Londres Inglaterra.
-Un gusto tenerte aquí querida.-
-Gracias señora Norén.-
Eran unas personas muy amables. Compartieron con ella desde el segundo exacto en el que fue presentada a la familia.
Cuatro horas menos, o sea la hora inglesa, a las diez y algo de la mañana yo me estaba despertando. Fue un feliz despertar. No había nadie a mi lado, fue lo que me extrañó. Yo había despertado con la camisa que Ricky llevaba puesta el día anterior. Era tan obvio el por qué. Llegó de vuelta.
-Oh, ya despertaste.- Me dijo.
-Sí, tenía que despertar para darte un abrazo y un beso.- Le dije y me ponía de pie.
-No, no es necesario.-
-Pero claro que si, estas de cumpleaños no?.- Le dije. Claro, lo estaba saludando.- Acuéstate, intentaré hacer desayuno.-
-Intentarás?.- Me preguntó.
-No se concina.- Fui a la cocina a hacer mi mejor esfuerzo para un desayuno decente. Solo rogaba por no cortarme o quemarme un dedo.
Las cosas seguían viento en popa en Suecia. Compartían un rico asado al lado de la parrilla. Clau compartía con los hermanos menores, que eran unos amores de personas, muy simpáticos y conversadores. Pero no todo podía ser tan lindo. Cuando estaban conversando todos juntos sonó el timbre. Increíblemente era la ex esposa de Gustaf, que en un ataque de celos, fue a hacer un escándalo. Fue Carl quien abrió la puerta, y por mas que intentó evitar que entrara a casa, no pudieron.
-Gustaf, Gustaf!!.- Gritaba Carl que venía corriendo.
-Qué pasa? Quién es?.- Preguntó Clau a Gustaf.
-No lo sé. Espera aquí.-Se levantó y fue a ver. Se encontró con Pernilla, la ex, frente a frente.
-Así te quería ver, Erick Gustaf David, con esa…-No sabía cómo decirle. Obviamente Clau estaba petrificada viendo la escena. Víctor y Carl la tenían como cuidándola detrás de Gustaf.
-Con esa qué? Escúchame tú: lo nuestro se terminó, venia mal desde hace mucho tiempo. Ahora por favor largo de aquí.- Le dijo apuntándole la puerta.
-Pero Gus, yo te amo, no puedo vivir sin ti.- Insistía la indeseable esta, que además, lo abrazó.
-Mírame bien, y espero que sea la última vez que deba verte y decirte esto, cuando salga el sol vas a ser un recuerdo, y nunca más me verás, nunca más me dirás ‘te amo’, nunca mas aparecerás por esta casa. Ahora lárgate o llamaré a la policía.- Logró hacer que se fuera.
-Y no vuelvas jamás! Siempre fuiste una mala cuñada.- Le gritó Víctor por la ventana.
Cuando puso los pues fuera de la casa, Gustaf fue inmediatamente a abrazar a Clau, que estaba al lado de Carl.
-Lo siento amor. Prometo que es la primera y última vez que la verás.-
-Prométemelo.- Le dijo con los ojos llorosos y la voz cortada.
-Lo prometo. Pero no llores, todo será como antes.-

miércoles, 2 de junio de 2010

Cap. 40: ‘Uh-Oh, Love Comes to town’

-Nick, seguro que si instalo el hotel aquí funcionará?.- Le preguntó Caro. No estaba segura. Necesitaba la opinión de alguien, y que mejor que de un nacido y criado en esa ciudad.
-Caro, estamos en el centro de Leeds. Todo el mundo pasa por aquí, funcionará. Créeme.- Le dijo. Le tomó una mano y la llevó a recorrer la antigua edificación abandonada. Era una casona antigua, lo suficientemente grande como para montar un hotel, lo bastante amplio como para una gran cantidad de habitaciones y con un buen espacio para los pasajeros. Era el lugar ideal. Solo le faltaba una remodelación. Fue lo que primero hizo: contratar a gente para reacondicionar el lugar.
-Mira, deberías poner la recepción aquí. No en ese rincón de la izquierda. Ponlo al frente.- Le sugirió.
-Por qué?-
-Llama más la atención. Es lo que primero ves cuando entras a un hotel.- Le explicaba.
-Y tú tienes mucha experiencia en hoteles?.-
-Claro. He pasado los últimos tres años de hotel en hotel.- Vio la cara de Caro. No estaba como segura de si seguir sus sugerencias. Pero él conocía otros casos, si sabe un poco del tema.- Era solo una sugerencia, no tienes que hacerlo así.-
-Sabes? Tienes razón. Quizás debería seguir tu sugerencia. Después de todo conoces más que yo.- Cedió, pero porque tenía razón, al fin y al cabo.
-Linda.- La abrazó. Se veían tan lindos ambos abrazados, mirando lo que en un tiempo más seria un nuevo hotel.
-Oye, ya.- Dije tratando de separarme de Ricky. Pero solo para molestarlo.- Ya, basta!.-
-Pero por qué?- Dijo, así como sin entender.
-Porque me gusta molestarte así. Ya, no vamos a hacer nada más que dibujar? Quiero hacer algo.- Me miró raro.
-Tú? En serio?-
-Si.-
-Algo como qué? Como ir al cine?.- Sugirió. Moví la cabeza respondiendo que si.- Y a ver qué?.-
-Que importa, vemos ahí que está en cartelera y listo. No te compliques, vamos.- A regañadientes lo saqué de casa. Es que me estaba cansando no hacer nada, aunque perfectamente podría hacer nada toda una tarde, pero no era la idea.
En la estación de Borlänge Clau Y Gustaf buscaban su equipaje, una maleta cada uno. Además de los bolsos de mano, no traían muchas cosas.
-Gustaf?.- Dijo Clau para que le pusieran atención.-
-Dime.-
-A dónde iremos? No creo que a tu casa.- Dijo un poco temerosa por quien pudiera estar ahí.
-Si, a mi casa.- Respondió lo contrario a lo que quería escuchar. Se notó en su rostro.- Pero no te preocupes que no habrá nadie que te moleste.-
-Hablaste con tu familia sobre esto?.-
-Podemos hablarlo cuando estemos en casa?- Le sugirió.
En casa de Gustaf, una casa bastante grande: un número impar de habitaciones, cocina espaciosa, sala de estar con cómodos sillones y un sofá gigante, muchos discos, vinilo repartidos por la casa. Cuadros hermosos. En las afueras de la casa una piscina sin agua. Era un lugar acogedor.
-Esta casa huele a encierro. Abriría las ventanas un rato pero esta helado y no quiero que te enfermes.- Le dijo. Tomó las cosas de ambos y las tiró, literalmente, en un cuarto. Ahí quedaron.-Bueno, ahora si puedo responder a tus interrogantes.-
-Por favor contéstame con la verdad, hablaste con tu familia sobre lo que está pasando ahora mismo?.- Le preguntó seria.
-Sí. Ellos saben todo esto.-
-Apuesto a que me odian. Hice que tu matrimonio se fuera a pique y ahora estoy contigo y no…-No la dejó terminar.
-No es eso. Ellos no te odian, mi matrimonio ya no era lo mismo de antes y todos se daban cuenta. De hecho fue mi hermana la que sugirió que no siguiera con esa tortura, y le había hablado de ti.- Se confesaba. Eso estaba dejando en calma a la pobre Clau, que ya no tenía colon casi de solo pensar en que dirían los Norén de ella.- así es que no seas tontita, no te dirán nada. Solo te preguntará qué haces, donde vives y esas cosas. Lo que siempre preguntan los padres cuando sus hijos llegan a casa con una novia.-
-Y eso no es nada?.- Continuaron bromeando sobre eso durante un largo rato, pero por lo menos ahora Claudia ya no tenía esa duda. Estaba mucho más relajada.
El que no estaba relajado era Björn, que no podía encontrar un lugar para sentarse y componer. Necesitaba algo, o alguien mejor dicho. Fue hasta el Hyde Park pero no entró. Prefirió quedarse en uno de los cafés que estaba en la entrada. Ahí encontró un momento de inspiración. Sacó su lápiz, su cuaderno y escribió un rato. No se dio cuenta de la hora, tampoco de cuando el sol bajó y la oscuridad se había apoderado de Londres. Cata al llegar a casa y no encontrar a nadie se preocupó. Como siempre suele pasar en estos casos pensó lo peor. Para salir de alguna duda lo llamó al celular, que estaba encendido.
-Si?.- Contestó Björn.
-Puedes decirme en este mismo momento donde estas?.- Le dijo casi gritando.
-Calma, estoy en un café frente al Hyde Park? Puede ser? No recuerdo bien el nombre del parque. Pero no crees que es un poco temprano?.- Le contestó. Obviamente no había visto por la ventana.
-Temprano? Björn son casi las nueve de la noche!!. Quédate ahí, voy a por ti.-
-Pero no es necesario, puedo volver solito.- Intentaba explicarle. Algo que Cata no le creyó.
-No, tú no sabes volver solito. Ni siquiera te debes acordar de la estación del subterráneo que está más cerca del paradero del bus que pasa cerca de casa. Olvídalo, voy por ti. No te muevas de donde estas.- le cortó. A Björn no le quedó otra opción más que esperar a que llegara.