Cap. 63:’ One Life Stand’

-Bien, después de aquí no nos vamos a ver hasta la noche.- Le decía Gustaf.
-No me digas eso. Vas a ir a buscar a tus papás?.-
-Sí, y a mis hermanos, también van a venir, así es que los tengo que ir a buscar, dejarlos en un hotel, alimentarlos y después de eso me vestiré y me iré a casar contigo.-
-Y no se vienen aquí? Yo iré a casa de mis papás. Alguien debe ayudarme con el vestido.- Le entregó las llaves.
-Gracias.- Se despidió de ella con un beso. El ultimo hasta antes de ir al aeropuerto.
Los ladridos de ese animal me despertaron, no solo a mí. Mi pobre gato, que es el amo y señor de esa casa llegó a mi lado y de un salto se metió al lado mío. Siempre lo hacía cuando tenía frio, pero ahora es porque un perro lo estaba molestando. Ricky despertó a atender al perro. Tenía hambre. Cuando lo tenía calmado volvió a ‘dormir’.
-Eso era lo que necesitaba mi aprobación?.- pregunté.
-Sí, pero ya sé que dirás que no. No te gustan. Tendré que devolvérselo a mi mamá.-
-Te lo regaló ella?.-
-Sí. Lo encontró afuera de su casa y pensó que era perfecto para mí, y me lo regaló. Pobre.-
-Mira Ricky, lo que sucede es que no estoy acostumbrada al ruido que hacen los perros, menos si es en un departamento como este que no es muy grande.-
-Pero para eso está mi casa que es gigante para mí solo. Tengo que llenarla de gente, de cosas, animales, no sé.-
-Ay qué lindo. No te molesta que lleve a Pancake?.- Lo abrasé. Me quería aprovechar del pánico también.
-No, siempre y cuando no vuelva hacer eso.- refiriéndose a que no se metiera a dormir dentro de mi cama, Algo que no le quitaría, obvio, es mi gato. En fin, costó para que nos levantáramos, pero teníamos una boda a la que asistir.
Claudia seguía nerviosa. Estaba en casa de sus papás, esa en donde había crecido, donde le habían enseñado a escuchar todas esas bandas que escucha (y varias que me enseñó a mi también), en donde robó la cámara de su abuelo y cayó enamorada de ella, lo que al final terminó siendo su forma de vida, su trabajo. Su mamá le ayudaba con el vestido: blanco, sin diseños, sin mucho pliegues, sencillo y practico.
-Es necesario llevar este bolso?.- Le decía su papá
-Me tengo que cambiar de ropa, papá. No voy a estar todo el tiempo con vestido, es muy incomodo.-
-Tienes razón. Puedo llevar zapatillas entonces?.-
-Si te sientes cómodo así, adelante.- Le hizo caso y empacó sus zapatillas al bolso. Os preparativos continuaban, estaban a poco más de tres horas.
-Sabes, me gusta que te cases Gustaf.-
-Gracias Carl.-
-Sí, ahora nos dejarás tu habitación definitivamente.- Agregaba.
-y no tendremos que soportar a una lunática, porque la que será tu esposa es bien simpática.- Decía Víctor, el otro hermano.
-Gracias Víctor. Alguien más quiere agregar algo para ponerme más nervioso?.-
-Por favor, estas nervioso?.- Lo molestaban sus hermanos
-Intenta casarte!.-
-Si conozco a alguien linda hoy me casaré con ella.- Decía Víctor.
El tiempo corría y los Norén también. Toda la familia llegó junta a la iglesia St. Helen Bishopgate. Esperaron en la entrada la llegadas de la gente, familiares por ambas partes, amigas de ambos, que era la banda de Gustaf, con técnicos y roudies, nosotras y nuestro maridos/novio. Todos esperando a que llegara la novia, que esta vez llegó bien puntual.
-Y quien va a tomar las fotos?.- Preguntó Cata.
-Oh, cierto. Toma.- Le entregué la carama a Ricky.- Ve tu. Corre!.-
-Pero yo por qué?.-
-Que importa, anda!.- A regañadientes fue.
Se veía tan linda caminando hacia el altar del brazo de su papá. Sabía que no era lo que había soñado toda su vida, en realidad esto era lo último que quería. Pero se notaba feliz.
-Björn, voy a llorar.- Decía Cata, y buscaba resguardo bajo el brazo de Björn.
-Por qué?.-
-Porque mírala, se ve tan linda. Me acordé de nuestro matrimonio.-
Digamos en pocas palabras: fue exactamente lo mismo que en la boda de Catalina, solo cambien al cura, los trajes, los novios y a algunos invitados (básicamente los familiares). También el lugar.
-Usted, Gustaf No…-El cura con problemas para pronunciar el apellido.
-Norén, padre.- Corrigió.
-Acepta por esposa a Claudia Cooper, para amarla…..-ya saben el resto. Un cliché más de la vida.
-Si.- Todos nos quedamos esperando el ‘acepto’.-Me falta algo?.- Preguntó en voz baja a Claudia.
-El ‘acepto’.-
-Oh!. Si, acepto. Disculpen. Los nervios.-
-Ahora usted, señorita, acepta a Gustaf Norén como esposo, para….-Bla bla bla del reverendo, que según yo, era idéntico al reverendo Lovejoy de Los Simpsons.
-Sí, acepto.-
-Entonces, no queda más que declararlos marido y mujer. Si gusta puede besar a la novia.- Dijo el padre.
Y para que, si antes de que terminara de decir eso ya estaban compartiendo fluidos salivales en el altar. Salieron de la mano, afuera estábamos nosotras esperando para tirarle el arroz.
-Por qué se demoran tanto?.- decía Víctor.
-No lo sé.- Momento. Esa voz, se me hace familiar. Pero no recordaba de donde.-Aquí vienen!!.- Dije
-Por fin!.- Contestó Víctor. Y por fin pudimos tirarles el arroz. Nos regañaron por eso, pero no nos importó. Salimos hasta el lugar donde se llevaría a cabo la celebración. Estaban las mesas dispuestas, las copas para todos, vasos, la pista de baile esperaba. En cuanto arribaron comenzaron a bailar su vals, ‘Wild Horses’. De un lado a otro, en vueltas. Solo bailaron entre ellos, después cuando pusieron el otro vals, el que todo el mundo baila en las bodas fue el momento de bailar con los padres y para que los que quisieran salir a bailar lo hicieran. En eso estábamos cuando alguien gritó ‘cambio de pareja’, así fue como me separé de Ricky y llegó a mis brazos alguien alto, de cabello rubio pero no tanto como el de mi novio. Quedé completamente impactada cuando noté que era como una réplica exacta de Mick Jagger cuando joven.
-Mick Jagger?.- Le pregunté
-Eso quisieras. Víctor Norén, hermano del novio.
-Eve Kuznetsov, amiga de la novia.- Dije, y cambiaron la música. Un poco más movida.
-Tú no eres la amiga esa que tiene una banda? Porque tu cara se me hace conocida de algún lado.-
-The Weatherman Report, te suena?.-
-Si! Eres tú!. Como va todo?.-
-Mejor que nunca. Y ustedes? Ya entraron a grabar el disco?.-
-Si, por fin. Ya estaremos en las listas en un tiempo más.- Hablamos por un buen rato de cómo estaban las cosas con su banda, mi banda, de la vida en general. Hasta que la verdadera fiesta comenzó.
-Me pregunto si The Kaiser Mando Man tocará hoy.- Dijo Claudia.
-No, hoy será The Diao Chiefs Report los encargados de darle vida a la fiesta.- Dijo Nick, listo para subir. Otra vez nos tocaba animar una fiesta para amigos. En vez de Gustaf estaba Björn en la guitarra. Hicimos casi el mismo set list de la ves pasada, aunque en esta oportunidad agregamos Transmission de Joy Division. Fue gracioso ver a Ricky haciendo el baile de Ian Curtis. Pero no porque no le saliera, es que no encaja, Ian Curtis era alto, delgado y de pelo oscuro, en esta ocasión el vocalista era bajo, medio rellenito y de pelo muy claro, además de mucha barba. Por lo menos lo intentaba. A mitad de repertorio Gustaf tomó una guitarra, me mandó al teclado e interpretamos Whip it de Devo. Nunca supe cómo ser armó esa canción. Antes de terminar quisimos hacer un poco de desorden, y a Ricky se le ocurrió la genial idea de cantar I Predict a Riot. El mundo en ese lugar se volvió loco. Terminamos igual de tarde, de cansados y sudados que el antiguo matrimonio, pero los aplausos nos dieron ese empujón que te dice que haces las cosas bien. Estábamos contentos, podíamos ir a casa tranquilos.
-Deja tomarte en brazos.-
-No, Gustaf.-
-Pero así entran los recién casados a sus casa, y no quiero perder la tradición porque según mi papá por hacer esto sigue con mi mamá.-
-Y tengo que acatar todo eso?.- Preguntó, cuando le tenía las manos en la cara, lista para darle un beso.
-Sí, porque eres una Norén desde ahora mismo.- Ahora sí, beso, buenas noches, ellos se fueron a celebrar su noche de bodas. Sin decirlo, Gustaf le prometió que sería para toda la vida, no lo necesitaba, era como si estuviera escrito en algún lado y lo habían leído tantas veces que ya se lo sabían de memoria. Ahora si ya estábamos todas con nuestras vidas completamente armadas, aunque insistieran que yo debía casarme. Sabía que para eso faltaba un buen tiempo.