Cap. 64:’Baby on board’

Un año pasó desde ese último acontecimiento. Estábamos todos felices con nuestras vidas. Cata Y Björn ya estaban viviendo en Nothing Hill y visitaban su casa en Estocolmo de vez en cuando. Era como su lugar para escapar de la rutina que tenían cuando Björn estaba en casa. Disfrutaban lo más que podían el rato que estaban juntos. Casi lo mismo pasaba entre Claudia y Gustaf, para ellos el tiempo que compartían era bastante reducido, pues mientras Gustaf iba de entrevista en entrevista, ensayo en ensayo, y todas esas cosas que los miembros de las bandas hacen, Claudia debía tomar fotos de casi todos los movimientos de ellos, seleccionar las mejores, hacer algún retoque a las que necesitaran uno, en fin. Era muy poco tiempo. Se tomaron dos semanas de descanso, querían tener una vida normal por algunos días, y no ir de hotel en hotel. Una fría mañana de mediados de otoño, días después de que los Norén ya tenían un año de casados, Clau despertó con el estomago revuelto. Se levantó rápido y corrió al baño. No quería despertar a la gente, pero no lo pudo evitar. Entonces Gustaf se despertó, un poco desorientado al principio, pero al ver que no estaba su esposa al lado en su cama se preocupó y fue al baño para verla.
-Clau, te sientes bien?.- Le preguntó, y le ayudó a incorporarse.-Ten, bebe un poco de agua.- Le entregó un vaso y la sentó en el banquito que tenían.
-No Gus, siento que algo me cayó pésimo anoche, pero no se que fue.-
-Quizás porque comiste macarrones muy tarde, te dije que no era buena idea.-
-Tal vez tienes razón. Volveré a la cama a dormir otro rato.- Se levantó muy rápido y se mareo. La alcanzó a afirmar Gustaf y la llevó de vuelta a la cama.
-Debes ir a ver un doctor. No es bueno que estés así.-
-Tranquilo Largo, se me pasará solo.-
-Largo. Es gracioso ese sobrenombre.-
-No te gusta?.-
-Me encanta. Pero eso no quitas que vayas a ver a un doctor. Y si no quieres llamaré a uno.- Le advirtió. Estaba preocupado.
Esa mañana yo desperté en mi nueva residencia. Bueno, no es que me haya cambiado de casa, lo que ocurre es que me movía constantemente, me dividía entre Leeds y Londres. Sobre todo cuando Kaiser Chiefs estaba terminando su segundo disco, pues me pidieron que ayudara con las voces para una canción, que no era de mi agrado. Estaba haciendo mi desayuno en la primera planta, eran algo así como las diez y media, Ricky seguía dormido arriba, anoche había llegado tarde y cansado después de un concierto en su natal ciudad. Las mascotas no podían faltar, y llegaron a pedir su desayuno. Cada uno con su plato, su comida, eran felices con poco, menos mi gato que era gordo y comía mucho. Sentí pasos que venían de la escalera. Ya sabía quién era.
-Un café por favor.- Pidió.
-Aun no está lista el agua.-
-Bueno, esperaré. Llegué muy tarde anoche?.-
-No lo sé, no te sentí. Estaba cansada, estuve despierta hasta las dos terminando parte del artwork del disco de nosotros.- Me senté al lado de él en la mesa que estaba al medio, tomé una manzana para comer.
-Sigues con eso? No te tomará mucho tiempo?.-
-Estoy a medio camino. Oye, tengo que hablar contigo.- Dije seria, algo extraño, yo jamás he sido muy seria, por lo menos para hablar.-No te asustes, no muerdo.-
-Sí, seguro.-
-Oye!.- Dije, y le di un manotazo en su brazo.-Ya es en serio. Qué pasará con esa ‘boda’ nuestra. Es real, o solo era para entretener al público e ilusionar a mis amigas que tanto nos molestan.- Se quedó sin habla y mas pálido de lo que es.
-No lo sé.-
-Si te hechas para atrás con eso no me importa, ya sabes que casarme está en el último peldaño de mi escalera.-
-Mira, no era para entretener al público, no era para ilusionar a tur amiguitas que siempre nos molestan por eso. Es de verdad. Es bien sabido que le tengo susto a esto de los compromisos muy serios, pero esta vez sí quiero.-
-Que cursi Wilson.-
-Quien quería respuestas? Es la verdad, no molestes.-
-Entonces si?.-
-Si tú quieres, puedo hacer un esfuerzo.-
-Pero por favor no ahora. Dejemos un tiempo más.- Dije con las manos juntas. Moría de la risa.
-Bueno.-Se acercó a mí y me besó, un buen rato. Parecía como si estuviéramos pegados. Nos levantamos de la mesa donde estábamos sentados, me llevaba escaleras arriba. No estábamos casados por las leyes terrenales y esas cosas, pera esto es como una unión de hecho, bien hecha. Mala broma, lo siento. Como sea, me llevó escaleras arriba.
-Oye, la tetera quedó encendida.- Le dije cuando pude separarme un momento de él, durante ese loco andar hasta nuestro cuarto.
-Demonios! Espérame.- Me soltó y bajó corriendo hasta la cocina para apagar el plato que estaba encendido. Lo esperé obviamente, pero no perdí tiempo y subí un par de peldaños. Qué locura estaba haciendo? En mi vida había estado en esta situación, y mientras lo pensaba reía. Volvió corriendo nuevamente, ahora le falta la polera con la que había dormido. Lo miré con los ojos bien abiertos, no me esperaba eso.-Llegué. Me demoré?.-
-No, pero y tu polera?.- Le dije, no pude evitarlo.
-Se quedó abajo. Subimos?.- Volvió a retomar lo que había comenzado. Esta loco. Solo tenía una cosa más por pensar antes de olvidarlo todo por algunos minutos: Si llegaba a esperar un hijo, tenía completamente claro quién era el padre.
-Björn debo contarte algo.- Decía Cata. Estaban sentados en el balcón de la casa, Björn leyendo un libro que le recomendaron y Cata trabajando en su laptop.
-Que cosa? No me preocupes.- Dijo bajando el papel.
-Ay, no sé cómo decirte esto.- Se complicaba.
-Pero solo dime. Es importante?.- Le contestó con la cabeza.-Muy importante? No me preocupes.-
-Es que no encuentro como decirte. Y es algo importante porque nos involucra a ambos, y tendrá un fuerte impacto en nuestro futuro y en nuestra vida……..-
-Ya, está bien, me convenciste de que es algo muy importante y que yo debo saber.- Se acercó a donde estaba sentada, se arrodilló a su lado y le tomó una mano.- Ahora dime, que es.-
-Aquí voy. Ya no vamos a ser nosotros dos.-
-Vas a comprar un perro?.-
-No tontín. Tendremos un bebé. Ya, lo dije.- Por un momento solo se escuchaba el ruido que hacían los autos, las voces de la gente que conversaba. Y Björn no reaccionaba, pero estaba feliz, se notaba, una lagrima bajó por una de sus mejillas.- No me vas a decir algo?.-
-Que quieres que te diga?.- Se encogía de hombros, las palabras no le salían.-Te amo!.- Solo eso pudo decir. La abrazó la besó y después puso su oído en el estomago de Cata.-Parece que se movió.-
-Imposible, tiene dos meses.- Decía con risa nerviosa.
-Dos meses?!?! Por qué no me dijiste antes?.-
-No estaba segura, quería comprobarlo y la semana pasada cuando tú no estabas fui al hospital para ver esto, y lo confirmé. Hasta me dijeron que nacería en Julio próximo.-
-Linda, por qué no esperaste a que llegara? Habríamos ido juntos!.- Le reclamaba Björn, que no sacaba la cabeza, según él porque quería escuchar.
-Quería que fuera sorpresa.-
-Y que sorpresa.- Levantó la cabeza.- Prométeme que cuando hagan ese examen extraño me llevarás.-
-Ecografía. Y si, te llevaré, tranquilo.- Imposible, ya no estaba tranquilo. Venia un bebé en camino, y a pesar de que faltaban varios meses, ya quería que naciera.
Claudia seguía tirada en cama con sus dolores de estomago y sus mareos. Insistía en que se le pasaría con el tiempo, que era algo normal, todo el mundo se enferma del estomago, y todo el mundo de recuera haciendo reposo y comiendo liviano. Gustaf había ido a comprar algo a la farmacia más cercana. Una de esas gotas que mezcladas con agua tibia ayudan a que el dolor se pase. Además compró algo que sabía que a ella no le gustaría, pero quería salir de dudas.
-No es necesario que me traigas eso, te dije que se me pasaría solo.-
-No te creo.- le entregó una taza con agua y gotas, que son de un sabor horrible, yo siempre las tomo cuando me enfermo, porque siempre me enfermo del estomago.- Tómatelas por completo, sin dejar rastro de agua en la taza.-
-Estas peor que mi mamá cuando me enfermo. Incluso peor que mis amigas.- Decía no muy convencida aun, pero no le quedaba remedio.
-Y traje algo, y sé que no te va a gustar, y que me vas a odiar pero debes hacerlo. Es para salir de dudas!.- Decía complicándose la existencia. Claudia lo miró raro. Le entregó una bolsita con una caja adentro.-No me odies.-
-Estás loco?!?!.- Dijo al mirar el contenido de la bolsita, un test de embarazo. Era gracioso, no estaba enojada, estaba muerta de la risa.
-Por qué te ríes? No entiendo, deberías estar enojada.-
-Porque esta sería la respuesta de mi mamá si le dijera que estoy mareada y que devuelvo todo lo que como.- seguía riendo
-Lo vas a hacer o no?.-
-Bueno. Pero estoy segura que esto fue una pérdida de dinero de tu parte. No estoy esperando niños y no creo que los tengamos. Quizás en diez años más.- Se levantó de la cama y fue a hacer el famoso test ese. No creía que fuera necesario, supuestamente se conocía bien. Pero jamás había pasado por estas cosas, quizás ahora se equivocaba. Siguió las instrucciones al pie de la letra y salió a esperar el tiempo necesario para saber el resultado.- Apuesto veinte libras a que estoy enferma del estomago.-
-Hecho!.- Estrecharon la mano sellando la apuesta. Se sentaron a esperar, estaban nerviosos: movían las manos, jugaban chocando las rodillas, prendían la televisión, veían un rato y volvían a apagarla. Las ansias los comían, solo querían que ese maldito test estuviera listo.
-Ya?.-
-No lo sé. Puedes revisar el papel?.- Le pidió a Gustaf, que también estaba nervioso. Lo revisó y miró su reloj. Estaban en la hora.-Aquí vamos.- Hicieron la comparación.- Que?!?.- Decía.
-No es posible.- Gustaf decía sin creerlo, pero irradiando felicidad.
-Ay no. Gustaf vamos….- Intentaba decir Claudia, que estaba en shock
-Padres! Claudia, vamos a ser padres!! Te das cuenta de eso?.- Le decía. Estaba emocionado. Poco a poco Claudia también comenzaba a sentirse feliz por lo que estaba pasando. Era un hijo en camino.
-Me acompañas?.- Me preguntó Ricky, que jugaba con el poco pelo que tenía. No es que me estuviera quedando calva, es que lo uso muy corto.
-A donde quieres ir?.- Le pregunté. Estaba acurrucada a su lado.
-No sé, a comprar algunas cosas, víveres.-
-Víveres como cerveza?.- No pudo evitar la risa. Sabía que en el tiempo que llevábamos juntos había aprendido a conocerlo bien.
-Como me conoces, uh? Bueno, eso y alguna otra cosa más.-
-Quiero comprar un vinilo.- Le dije.
-Para tu colección?.- Dije que si con la cabeza.-Bueno, te acompaño. De hecho, se dé un lugar donde venden muchos. Te llevaré.- Se levantó directo a la ducha. Él primero, que caballero. Como sea, esperé todo ese tiempo malgastando mi tiempo escribiendo, me había inspirado. Después fue mi turno, desayuno y salimos. Una tarde por las calles de Leeds en busca de ‘vivieres’ y vinilos.