martes, 16 de febrero de 2010

Cap. 18: ‘Luv’

Fernanda, Carolina y yo estábamos tiradas en nuestra habitación viendo la televisión sueca. No entendíamos mucho. El sueco no era lo nuestro, definitivamente. Ni siquiera la guía que cordialmente nos había entregado el hotel entendíamos. Pero ni siquiera teníamos ánimos para apagar la televisión y prender la radio. La dejamos sonar, que hablaran cosas extrañas, mientras nosotras nos caíamos dormidas poco a poco. Hasta que mi teléfono móvil sonó. Era un mensaje de texto de Rick. Decía ‘Aun estas de gira? Cuando llegas? Cuando llegues mi avisas. Rick.’.
-‘Cuando llegues me avisas’.-Dijo Caro que estaba atrás mío leyendo.-Ese señor quiere algo contigo!-
-Oye!.-Le conteste, y tapé la pantalla de mi celular
-Es verdad. Se le nota mucho.- Dijo Fernanda sin abrir los ojos-Y a ti también. No puedes negar que te gusta.-
-Sí, es ideal para ti. Mejor dicho, está hecho para ti.- Insistió Carolina
-Bueno, sí. Es guapo, pero no creo que este ‘Hecho para mí’, eso es mucho.- Les dije. Ya me estaba complicando con esto de dar explicaciones.
-Y es necesario que te pongas roja y que te compliques tanto para responder?.-Siguió Fernanda. Para mi salvación Catalina apareció por la puerta, con una sonrisa que casi salía de su cara. Nosotras la quedamos mirando. No entendíamos el por qué de su actitud. En realidad no sabíamos, y ni siquiera nos imaginábamos lo que había pasado mientras ella compraba nuestros encargos.
-Y a ti?.- Le preguntó Caro. No hubo respuesta. Catalina pasó de largo y fue al baño. Salió y se sentó en la cama, al lado de nosotras.-Me vas a decir que te pasa?-
-Creo que vi al amor de mi vida.- Nos dijo. Nosotras no pudimos no reírnos. Ni siquiera se molestó.-No, de verdad. Es tan lindo-
-A si?. Descríbelo.- Le dije
-Es más alto que yo, cabello rubio, ojos claros, hermosa voz, y tenía las manos tibias y suaves.- Decía con la mirada perdida en la ventana.
-Pero cómo? Cuando lo viste? Qué pasó?.- Preguntó Caro.
-Cuando entraba al hotel después de que salí a comprar. Venia caminando y mi celular sonó, me preocupé de ver que le pasaba y no me di cuenta de que él venía frente a mí, y creo que él tampoco se dio cuenta, y chocamos. Las cosas se cayeron, casi me caigo yo pero él me afirmó.-Contaba.
-Ah, por eso dijiste que sus manos eran suaves y tibias.-Acotó Fernanda
-Y como se llama?.-Le pregunté
-No se.-Contesto
-Lo más importante que debías preguntar y no lo haces. Que mujer!-Exclamó Caro.
-Quizás se le olvidó preguntarle. Con la emoción esas cosas pasan.-Traté de explicar
-A ti no se te olvidó.-Me molestó Caro. No le respondí nada, simplemente la miré, feo.
Se notaba lo contenta que estaba gracias a ese pequeño accidente, que para ella no fue tan terrible.
Más en el centro de la ciudad, las cosas se estaban cocinando entre Claudia y Gustaf. Paseaban por las tiendas del centro de Estocolmo. No sabían que comprar, ni siquiera querían comprar algo. Era una simple mentira piadosa que había hecho Gustaf para que ella la acompañara. Solo para verla una vez más. Pasaron por una tienda donde vendían cosas relacionadas con la fotografía. Claudia se quedó pegada a la vitrina observando una Polaroid muy antigua. Una de las pocas que le faltaban para terminar su colección.
-Que viste?.-Le preguntó él.
-Esa cámara. Es tan linda.- Dijo Clau sin despegar sus ojos de la cámara.
-Te gusta? Pero no podrías usarla, es antigua y los más probable es que los rollos para ese tipo de cámara ya ni existan.-Le comentaba
-No importa, no la quiero para utilizarla. Para eso la más moderna de las Polaroids, aunque es igual de antigua, pero aun fabrican esos rollos.-Explicaba.
Claudia decidió entrar y preguntar por el costo de esa cámara. Cuando la vendedora le dio el monto, no pudo creer el precio. Era muy alto para una cámara de esas, aunque según le había dicho la señora, era porque era para coleccionistas. Salió de la tienda triste, y cual niña pequeña que no le regalaron lo que quería, se quedó observándola, pensando en que, en cuanto juntara el dinero suficiente vendría por ella. Pero no contaba con que Gustaf le tenía la sorpresa de su vida. En realidad, la segunda de muchas en toda su vida
-Qué pasó? Estas bien?.- Le preguntó él muy tiernamente.
-Nada, solo que quería comprarla, pero con el dinero que traje no alcanza.- Decía con tristeza aun en su voz.
-Ah. Pero bueno, mira cierra los ojos y da la vuelta.-Le dijo. Claudia quería mirar.-No, no te des vuelta si no tienes los ojos cerrados, y si no estiras las manos. No te va a pasar nada, confía en mí.-
-Está bien.- Y ella siguió las instrucciones: cerró los ojos, se dio la vuelta y estiró las manos. Él puso en ellas la cámara.
-Ahora puedes abrir los ojos.-Le dijo. Y frente a ella estaba esa cámara que tanto quería. No lo podía creer.
-No, pero por qué lo hiciste? No puedo aceptarla.-Dijo pasándole la cámara.
-No, tú te la vas a llevar a tu casa. Es un regalo.- Intentaba hacerla entrar en razón
-Pero por qué?. No, no puedo.- Insistía.
-Tú te la vas a llevar, Y mira, también encontré un rollo.-Le dijo entregándole el rollo
-Está bien. Pero es la primera y única vez que aceptaré este tipo de regalos.-Le dijo.
Continuaron su caminata por las calles de Suecia. Ya no caminaban tan distantes como antes, ella lo llevaba tomado del brazo, él no le decía nada. Miraban las distintas tiendas de ropa, música, incluso las de comida rápida, en las cuales nuevamente nuestra amiga se pegó. Aunque ahora era comprensible, la tarde estaba cayendo y era la hora del te. Si, eran las cinco de la tarde. Nuevamente Gustaf la sorprendió y la invitó, esta vez a tomar el té.
-Tantas invitaciones. No que hacer por ti cuando visites Londres nuevamente.- Le dijo mientras subían hasta la terraza ubicada en el segundo piso.
-Ya pensaremos en algo, todo a su tiempo.-Dijo. Y Claudia se quedó petrificada.
-Y ahora por qué sería?.-Le preguntó
-Porque son las cinco de la tarde, y ustedes son tan puntuales para estas cosas.-Bromeo.
Pasaron la tarde tomando té con rollos suecos de canela. Una delicia. Después de tomar el té, regresaron al hotel. En la recepción se despidieron con un largo y apretado abrazo, esperando verse nuevamente antes de que nosotras nos fuéramos. Claro que ella sabía que se verían todo el día de mañana, puesto a que nosotros abríamos para ellos. Subió a la habitación donde estábamos nosotras, aun escuchando lo que nos contaba Cata. Notó la cara de felicidad de ella. Nosotras notamos su cara de felicidad. Todas estábamos felices.

1 comentario:

  1. AAAAAAAAAAAAAWWWWWWWWWWWWWWWW *-* *-* *-*
    Este hombre y tú me van a a matar xD
    Me compró una Polaroid *-* Con eso soy suya forever xDD

    '-Creo que vi al amor de mi vida.'
    Ajajajaja la Cata xD

    'Era una simple mentira piadosa que había hecho Gustaf para que ella la acompañara. Solo para verla una vez más.'
    Me hice pis *-*

    'Pero no contaba con que Gustaf le tenía la sorpresa de su vida. En realidad, la segunda de muchas en toda su vida'
    Oh por Dios O____O

    'No te va a pasar nada, confía en mí.-'
    Aaaaaay obvio *-* xDD

    '... incluso las de comida rápida, en las cuales nuevamente nuestra amiga se pegó.'
    Oyeeeeee ¬¬ xDD

    '-Ya pensaremos en algo, todo a su tiempo.-Dijo. Y Claudia se quedó petrificada'
    Y cómo no xDDDD

    Esto está geniaaaaaal! Quiero el capítulo de mañanaaaaaa :D

    ResponderEliminar